lunes, 20 de enero de 2014

¿Por qué los deportistas de élite se entrenan en centros de alto rendimiento en zonas de gran altitud?

   Para responder a esta pregunta hay que referirse a lo que comunmente se denomina el “mal de altura”. Vómitos, mareos, hiperventilación y dolor de cabeza son los principales trastornos que experimentan quienes realizan actividades físicas en altitudes superiores a los 2000-2500 metros. Afecta más a unas personas que a otras, dependiendo de la capacidad para adaptarse a la disminución de la presión atmosférica, que conlleva una menor concentración de oxígeno.

   Las personas que viven a estas altitudes tienen mayor número de glóbulos rojos y mayor resistencia al ejercicio que los que viven al nivel del mar. Por esta razón algunos deportistas, sobre todo atletas o ciclistas, realizan temporadas de su entrenamiento en altitud. A grandes rasgos, al entrenar en una atmósfera con menos presencia de oxígeno, el organismo aumenta su producción de glóbulos rojos para satisfacer las necesidades de oxígeno de los músculos durante el ejercicio. Este incremento en el número de hematíes ayudaría a un mejor rendimiento cuando se vuelve a nivel del mar para el desarrollo de la competición de que se trate. 

    El rendimiento de un deportista no adaptado a la altura disminuye en un 30% a 2.500 metros. Para el deportista que no se haya adaptado a la altura, competir a más de 2.000 metros frente a rivales habituados es una gran desventaja.



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